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Breve compendio de zoología literaria
David Velázquez comment 0 Comentarios

En la literatura, como en la vida real, los animales son presencias constantes, muchas veces esenciales. Sus virtudes y defectos suelen reflejar los de aquellos a quienes acompañan o representan; otras veces encierran misterios que escapan a nuestra comprensión, pues son símbolos enraizados muy hondo en el inconsciente, o encarnan una imagen poética que cada uno recibirá de distinta forma. ¿Ejemplos? A continuación reúno 10 de mis animales (fantásticos y reales) favoritos de las letras.

  • Argos / La odisea, de Homero

Un perro fiel hasta la muerte, el único que reconoció a Ulises después de su larga travesía. Lástima que la alegría de ver a su amo nuevamente le haya costado la vida y éste, aún consternado por mantener su identidad oculta y dolido por no poder reconocerlo, deba seguir de largo, derramando una sola lágrima en su honor.

  • Fújur / La historia interminable, de Michael Ende

El dragón de la suerte que acompaña al bueno de Atreyu en su aventura por Fantasía. De una ligereza absoluta y una alegría inagotable, con una voz tan clara como el tañer de una campana de bronce, debe ser uno de los más preciosos ejemplares de esta colección. Mención especial al terrorífico Ygrámul el Múltiple y al sabio león Graógramar.

  • Tigre / “La escritura del dios”, de Jorge Luis Borges

Encerrado en la celda contigua al mago Tinacán, en la pirámide del dios Qaholom, el tigre no sólo es una de las manifestaciones de esta divinidad, sino portador de la sabiduría milenaria que éste legó a los hombres. Su piel amarilla, surcada por figuras oscuras aparentemente azarosas, revelará (a quien pueda descifrarlo) los secretos del universo.

  • Cuervo / El cuervo, de Edgar Allan Poe

“Nunca más”, repite hasta exasperar al joven estudiante que no logra sosegarse tras esta súbita aparición. Su significado es causa de muchas discusiones: desde un recuerdo ingrato pero imborrable hasta el lamento ante el rechazo de una amada. Pero no hay duda de que este cuervo es una de las presencias más espeluznantes de la literatura.

  • Rocinante / El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes

El célebre y desgraciado corcel de don Quijote, una fiel cabalgadura a la que su amo insiste en montar pese a su semblante agotado y enfermo. A ojos del ingenioso hidalgo, este animal supera las cualidades de otros famosos caballos, como el Babieca del Cid Campeador y el Bucéfalo de Alejandro Magno.

  • Moby Dick / Moby Dick, de Herman Melville

Este colosal e irascible cachalote albino (inspirado en un ejemplar histórico que aterrorizó a muchos navegantes) es la obsesión de Ahab, el testarudo capitán del Pequod. Se dice que este cetáceo simboliza los muchos objetivos (personales y colectivos) que la humanidad persigue con resultados diversos: ¿Dios, el Destino manifiesto, el bien y el mal?

  • Zorro / El principito, Antoine de Saint-Exupéry

Una de las más famosas metáforas de la amistad. Cuando el principito visita la Tierra, su primer contacto es con el Zorro, quien al principio se muestra distante y reacio a la natural bonhomía del visitante. Pero será él mismo quien le enseñe a “domesticarlo”, creando una amistad tan sincera que ninguno de los dos volverá a ser el mismo de antes.

  • Escarabajo / La metamorfosis, de Franz Kafka

Cuando el viajero mercante Gregorio Samsa despierta con malestar, nadie sabe explicar a qué se debe y hasta lo acusan de holgazanear. Sin explicación alguna, de la noche a la mañana, se ha convertido en un insecto gigante al que su familia desprecia y sus conocidos aborrecen. ¿Quién no se ha sentido así alguna vez?

  • Gato de Cheshire / Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carrol

Este gato de expresión estremecedora suele bombardear a Alicia con discusiones paradójicas y enredadas, pero estará con ella para darle ánimos cuando enfrente a la Reina de Corazones. A decir de la propia Alicia, es la única vez que ella pudo ver una sonrisa sin gato, pues gatos sin sonrisa abundan.

  • Mariposas amarillas / Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez

El animal espiritual de Mauricio Babilonia se convirtió en un símbolo del amor y la soledad. Cuando Mauricio corteja a Meme, ésta se percata de su presencia por las nubes de insectos que lo preceden, y que aumentarán su número a medida que los lazos entre ellos se estrechen. Su paulatina desaparición anunciará lo inevitable.

*Imagen de artículo tomada de M.C. Escher Gallery 

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