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Entre Historia de la Belleza e Historia de la Fealdad
Redacción Langosta comment 0 Comentarios

Hoy en día cuestionamos las convenciones y los estándares de belleza con la finalidad de combatir el idealismo contemporáneo. Crear una sociedad más diversa y pluralquiere decir  replantear las etiquetas y estereotipos impuestos por los discursos dominantes. Pero primero, debemos entender que definir lo bello y lo opuesto a ello es una necesidad que ha existido desde hace mucho tiempo.

Los ideales cimentados en la época clásica han llegado hasta nuestros días aunque se conservan de manera paradójica. Por un lado existe un ideal de belleza,que, sin embargo,está estrechamente vinculado al capitalismo y a la industria cultural. Es decir, sí es un ideal, pero de temporada, de alta costura o de alto turismo; o, en pocas palabras: comprable, aunque en el minuto que se adquiere, la tendencia cambia y el ideal se desplaza.

El arte ha sido herramienta y objeto de estudio para cuestionar la realidad y el discurso social, político y religioso. La búsqueda de conceptos que definimos y que, por ende, nos definen como sociedad son a su vez históricos, lo que quiere decir que cambian con el tiempo atendiendo a distintas necesidades.

Los libros Historia de la belleza e Historia de la fealdad de Umberto Eco son principalmente un proyecto enciclopédico. La enciclopedia fue el proyecto de la Ilustración más importante del siglo XVIII. El conocimiento era considerado uninstrumento crítico para el progreso de la humanidad. Se podría decir que los libros atienden a esta necesidad de conocimiento de la cultura por el simple interés al arte. En los libros se hace un recuento de las concepciones que se han tenido de la belleza desde múltiples disciplinas de las humanidades.

Este proyecto enciclopédicopretende, primero, responder ante la falta o el exceso de informaciónno confiable de una manera didáctica, segundo, ante la posibilidad de repasar la historia del arte y las categorías estéticas. Ambos libros están construidos a partir de una investigación de Eco y de un equipo de edición, selección y corrección de material visual que ocupa la mayor parte del libro. En las obras,el contenido toma distintas formas: el relato principal, escrito por Umberto Eco y por Giorlamo de Michele; la selección de fragmentos de textos que hablan desde la religión, la filosofía y la literatura; finalmente, la selección del material visual cuidadosamente integrada.

El prólogo de Historia de la Belleza nos advierte que el libro es «un intento por sacar a la luz diferentes concepciones y puntos de vista en cada época y civilización desde distintas disciplinas que muchas veces no concuerdan entre sí». También, nos dice que utilizar la palabra bello o feo no solamente refiere a la belleza o fealdad humana, sino a todas aquellas cosas que nos suscitan una experiencia sensible positiva o negativa tanto del arte como de la naturaleza. Lo bello siempre ha estado relacionado con lo verdadero, lo bueno, lo justo y lo armonioso, mientras que lo feo ha estado relacionado con lo marginal, lo malo, lo distinto y lo decadente.

La historia del arte se ha encargado de dar cuenta de los límites de cada movimiento o pensamiento artístico, conceptual y cultural. Tanto los romanos como los ilustrados o los románticos, en su momento creían en la necesidad de establecer límites. Pero hoy en día, los límites cada vez son más difusos y desplazables. Labelleza y la fealdad como conceptos inamovibles es lo que hoy debemos discutir.Aunque son conceptos que dan pie a muchos símbolos,también dan pie también a preguntarnos por nuestra forma de percepción del mundo.

Recomendaría, para la lectura de los libros, distintos modos de repasar la información. Por ejemplo, empezar por las citas y las imágenes y al final, leer el relato. O empezar por el relato y confrontarlo con las citas. O repasar solamente las imágenes. Es decir, los libros responden a una necesidad, pero a la vez dejan muchas preguntas al aire y muchos temas o posturas sin tratar. Como todo proyecto de tal magnitud,es una gran forma de acercarnos al tema porque abre puertas pero también deja algunas cerradas o semi abiertas.

Historia de la Fealdad tiene el mismo tono que Historia de la Belleza desde el comienzo, aunque al principio se crea una distancia, a medida que uno avanza se empieza a crear una complicidad que solo el lector de ambos reconoce y esto es una ventaja ya que al final se complementan y responden mutuamente. Incluso al leer ciertos capítulos, uno ya no sabe si está leyendo un libro o el otro, por ejemplo en los capítulos «La belleza de los monstruos» y «Monstruos y portentos» en donde se comparten muchas ideas.

Por otro lado, me parece muy interesante la manera en la que los conceptos comienzan a generar preguntas de índole semántica. Por ejemplo, el concepto pasión, que surgeen el Cristianismo, donde el dolor estetizado y simbolizado de Cristo representa el camino a la santidad. La pasión de Cristo, por otro lado, cambia de sentido cuando se llega a la época romántica, entonces se vierte haciael erotismo y la muerte. Vemos cómo los conceptos tienen un momento de auge y otro de decadencia. De esta manera lo representael personaje de la novela de finales del XIX de Huysmans que también está citada en el libro, donde la pasión por el arte se convierte en un vacío de la vida.

Al principio, la distinción entre belleza y fealdad es fácil pero más adelante todo se relativiza. Hay que entender que los conceptos fueron y son necesarias en su momento así como hoy en día, con la diferencia que actualmente el concepto no es suficiente para comprenderla realidad.De esta manera vemos también cómo la literatura cuestiona el lenguaje y la manera en la que nos comunicamos. La novela, por ejemplo,tiene un momento dominante en la época del medievo y el amor cortes.Después la retoma el Romanticismo y finalmente evoluciona y culmina en el siglo XX con James Joyce o la poesía que irrumpe en el siglo XIX y se renueva en las vanguardias.

Al terminar la lectura tengo la sensación de que la paradoja que caracteriza a nuestro joven siglo, desde finales del pasado, no ha sido mencionada. Algunas obras que en el libro quedan clasificadas justamente pretenden escapar de la clasificación. Los nuevos medios que ya no responden ni a lo feo, ni a lo bello, por ejemplo quedan en pausa. La historia del arte y cualquier proyecto de la misma índole tienen mucho que decir respecto.Tal vez faltaría ahondar en aquello, en la fuerza de la incertidumbre y lo interdisciplinario, que permea el aire al cerrar el libro y que sin duda es un punto de partida para entender que entre la belleza y la fealdad hay muchos matices.

 

 

 

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