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Un testimonio sobre El vampiro de la colonia Roma
Agustín Ramos comment 0 Comentarios

El vampiro de la colonia Roma / Debolsillo, 2012.

No sólo conserva su vigencia como signo y síntoma de liberación, sino como una de las grandes expresiones literarias que se han dado en este país. Es, para decirlo directamente, una gran novela liberadora. Cuando apareció el Vampiro lo que más nos llamó la atención a otros escritores que pertenecíamos a la misma generación que Luis Zapata, fue lo bien logrado de su estilo literario, tejido con maestría y que, sin embargo, generaba una impresión de aparente sencillez que a muchos nos quitó el aliento. Zapata, evidentemente, nos mostraba que tenía la capacidad de escribir la “página eficaz” de la que hablaba Borges y que para muchos de nosotros era casi un dogma. Y en esta novela notable Luis escribía, una a una, cientos de “páginas eficaces”. Y así la novela entera resultaba muy eficaz como obra de arte. Y por supuesto que lo sigue siendo.

No soy para nada un lector complaciente ni del Vampiro ni de cualquier otro de los libros que he leído de Luis Zapata. Dentro de la narrativa mexicana contemporánea la consistencia de su obra resulta excepcional. Particularmente el Vampiro ejerció en mí un poder de seducción increíble, me metió “en ese mundo raro” que canta el bolero, el de la letra aquella de que “tú me enseñaste cómo se quería, y por ti aprendí”. Eso era para mí la novela cuando la leí por primera vez.

Y luego está el tema de la picaresca, la voluntad literaria de inscribirse en una tradición con una novela tan liberadora. Luis es un escritor que con el Vampiro está rompiendo con todo, pero no por ello renuncia a una tradición de oralidad y picardía. Se trató sin duda de un gran acierto, que también le aseguró esa vigencia literaria de la que hablamos a 35 años de su publicación.

Ahora que me preguntan sobre El vampiro de la colonia Roma no puedo dejar de pensar que de alguna forma también fue producto de lo que los escritores que precedieron a los de mi generación abonaron; me refiero a los onderos que habían empezado a aprovechar los esfuerzos liberadores de los años sesenta; y por supuesto al movimiento de 68 que les dio a todos los escritores jóvenes un sentido político. Todos los que nos antecedieron empezaron a escribir definidos por ese año clave. Y luego venimos nosotros que aprovechamos el ambiente liberador generado por el movimiento estudiantil del 68. En el mismo año en que salió el Vampiro yo publiqué Al cielo por asalto, una novela sobre un guerrillero. Y el tiempo nos ha enseñado que la novela de Luis Zapata también tenía un fuerte significado político. No creo que en ese momento se lo haya planteado. Pero desde su aparición se convirtió en un cañonazo contra la moral vigente, y por ello fue política. Seguramente tuvo un gran peso en la primera marcha del orgullo gay en la ciudad de México y en este sentido fue antecedente directo de la lucha por los derechos homosexuales en todo el país.

Y creo que también fue una novela política porque sirvió de llave maestra para abrir muchos clósets y poner a la gente que asumía sus derechos en la calle. Siguiendo con la idea de la novela liberadora, debo decir que significó un cambio sustantivo en las costumbres mexicanas. Abrió paso hacia la aceptación de la diferencia (aunque no me gusta esta expresión). Y todo ello también fue político. Y para no abusar de tanta connotación política, digamos entonces que el Vampiro es un libro culturalmente fundamental.

Es muy fácil clasificar, etiquetar la literatura de Luis Zapata como literatura gay. Pero a quienes lo hacen yo siempre les digo, si tú escribes una, dos o tres novelas sobre las relaciones amorosas entre hombres y mujeres, ¿te vas a llamar escritor heterosexual?, ¿o estás haciendo literatura no gay? Yo creo que esta discusión ya es inútil. El Vampiro y todos los demás libros de Zapata son literatura sin más. Aunque no deja de gustarme encasillar al Vampiro como gran novela liberadora, y la verdad es que no cualquiera alcanza este nivel. Y termino diciendo, gracias Luis y felicidades por tu libro.

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